LA SOMBRA DEL SOL EN LOS SIGNOS
Su presente está teñido de recuerdos que a menudo no lo enriquecen sino que lo apoltronan.
De ahí la fama de Cáncer con relación a sus cambios de humor, a su hipersensibilidad bastante susceptible ante lo nuevo, presente o futuro.
Lo que le pasa en el presente, lo que le hacemos o decimos, se asocia en él con situaciones pasadas y reacciona según digiera esa combinación.
No es extraño pues que su estómago lo note tanto.
El punto ciego de Cáncer se asocia con su necesidad de pertenencia a lo que le rodea, -familia, amigos, amores, socios, ambiente, etc.- y con su dificultad para entregarse a la experiencia de la realidad presente.
El problema de Cáncer es que esa experiencia viva del aquí-ahora la está filtrando con sensaciones y emociones introyectadas de su pasado que están, por tanto, coloreando la relación con tonos emocionales inexistentes para las demás personas.
Con Cáncer hay que trabajar a tope sus introyecciones, sobre todo aquellas que tienen que ver con la nutrición emocional de su etapa lunar y ayudarle a darse cuenta de su tendencia a percibir la realidad presente mediante el filtro de su emocionalidad pasada, permanentemente actualizada por un culto sublimado del recuerdo afectivo, de la memoria de lo carencial.
Podría decirse que la hipersensibilidad y desconfianza de Cáncer se nutre de su dificultad para entregarse a lo que está pasando sin filtrarlo inevitablemente por el recuerdo emocional permanentemente presente.
En el fondo todo el trabajo terapéutico de Cáncer busca hallar su sitio personal frente a la madre o frente al padre si este fue la fuente significativa de alimento emocional.
Cuando Cáncer tiene este tema cerrado cambia absolutamente su relación con la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario